martes, 31 de diciembre de 2019

Medias y vino tinto

Al llegar al lugar sólo había una mesa, una alfombra, una cena, una chimenea, por un momento ella pensó que todo estaría concurrido, sin embargo eran ella y él, y la música envolviéndolos con su sonido.
Él le pidió su abrigo y ella dejó al descubierto, un vestido que había elegido cuidadosamente para la ocasión, medias negras y zapatos a juego.
Le invitó a sentarse en la silla justo al frente, y ella recorrió su cuerpo con la mirada, esperando a que él hiciera el primer movimiento, sólo una mesa los separaba, un café, una vela, unas cuántas palabras.
Su risa resonaba entre deseos escondidos, un roce en la mano, después un suspiro.
Entre los regalos de la velada una botella de vino tinto aguardaba, dos copas esperando a ser usadas.
Una primer copa, más sonrisas, más miradas, menos palabras, una mano por debajo de la mesa tocando su falda.
Dos copas, cada vez más cercano, todo aquello que ataba poco a poco se iba soltando, más palabras al azar, sin sentido, perdidas, como la mano bajo su vestido.
Al fin él decide ponerse de pie, la toma y sienta sobre la mesa, y la besa, al fin la besa, ella lo rodea con sus piernas y se recorren los cuerpos liberan cadenas, abren secretos...

Lo que pasó después es un secreto de medias y vino tinto...


miércoles, 11 de diciembre de 2019

El no amor

¿Cuál es el amor real, al que deberíamos aspirar? En este momento tal vez pueda hablar de tres amores. 
El primero, apasionado, con todas las cualidades que el deseo te pide ver en una persona, pero también con todos los defectos que te hacen huir, esa clase de amor que es un cuento de hadas, una delicia nocturna, pero en la oscuridad invoca a los peores demonios, los más perversos, los más dañados, los más malditos. Ese amor, de cuentos de hadas, un amor musical, un amor de poesía, pero al final de cuentas, sólo cuentos o historias que terminan.
El segundo amor, que tal vez sea lo que necesitas, el que no tiene el defecto de la cadena, aquel amor que parece saber siempre lo que necesitas, el amor sensato, aquel amor tan estable, que no pasa nada. Ese amor que tal vez es el que marca tu vida, con el que pases tus años y formes una familia porque sabes quién es, sabe quién eres... ¿Lo sabe? ¿Lo sabes?
 Y hay un tercer amor, aquel amor que no debería ser, aquel amor que existe, DEMONIOS existe!, aquel amor que nunca será correspondido, el amor que llegó tarde, ese amor que te hace pensar, que te reta. Que llegó para irse, para no quedarse, para trascender en el intelecto, en el ser y en el alma...
Tal vez simplemente se deba aspirar al no amor.